Moviendo el bote: Parte 1

8 min(s) 2025-10-22

Desde hace 5 años hago actividad física de manera frecuente, y con un objetivo en mente la mayoría del tiempo. Antes de eso, era un niño sedentario y no muy atraído hacia las actividades que requirieran de mucho movimiento. Creo que esto sucedió en buena medida porque tuve problemas para comer durante casi toda mi infancia, y en mi adolescencia quise pasar mucho tiempo en mi casa jugando videojuegos o curioseando en Internet cualquier cosa que se me ocurriera.

El primer gran motivador que tuve para cambiar mi físico (mi CoMpOsIcIóN cOrPoRaL) fue mi apariencia. La gente a veces me molestaba por verme gordo, y aunque creo que mi aspecto mejoró conforme crecí, seguía sintiéndome incómodo en muchas ocasiones. Después de algunos meses de ver casualmente videos en YouTube sobre entrenamiento con pesas y con el peso corporal, decidí tomar acción. Leí un libro que había en mi casa llamado "La verdad sobre el control del peso" de Neil Solomon y Sally Sheppard. Era un libro de bolsillo que iba al grano, cosa que agradecí. De ahí aprendí una manera conveniente de pensar en el proceso de controlar el peso (gracias a Dios el título era preciso): el cuerpo obtiene energía a través de la comida y la consume a través de las diferentes actividades que hace. Para bajar de peso, basta consumir menos energía de la que se gasta. Si quieres bajar de peso, hay dos cosas que puedes hacer: comer menos y moverte más.

Eso era suficientemente simple como para tomar decisiones. Hacer ejercicio en mi casa me provocaba vergüenza, y hacerlo afuera me provocaba un poco de miedo. Decidí ir paso por paso y empezar restringiendo mi dieta solamente (tal vez fui un poco perezoso aquí). Comencé a medir mi peso corporal y mi ingesta calorica. En febrero de 2019 pesaba unos 72 kilos, y para junio pesaba 65 kilos. En unos 4 meses perdí alrededor de 7 kilos de peso corporal. Ese era un cambio que nunca había experimentado. Sin embargo, no quedé satisfecho con mi aspecto. Estaba muy delgado, y aún me sentía flácido.

Esta situación me dejó anonadado: pensaba que al bajar de peso me sentiría bien con mi cuerpo y esta discordia terminaría, cosa que no pasó. No sólo aguanté hambre por meses para sentirme inconforme, sino que probablemente prefería como me veía antes. Llegar a ese punto me sirvió para darme cuenta de que no debía fijarme tanto en eso. Además, mi pérdida de peso terminó cerca del fin de mi primer semestre en la universidad, que fue bastante penoso. Varios fracasos juntos. Por algunas semanas me dediqué completamente a existir. Cuando llegó el siguiente semestre en la universidad, olvidé por completo el tema de mi físico y mi cuerpo, y me propuse obtener muy buenos resultados en la universidad (no pasó).

Llegamos al año 2020. Por alguna razón, vuelvo aún más ambicioso. Ahora quería tener buenos resultados en la universidad Y mejorar mi físico. Estaba destinado al fracaso: quería empezar a ir al gimnasio al mismo tiempo que veía un montón de cursos dificiles en la universidad. Para dar algo de perspectiva, en aquel entonces pensaba que si me exigía aún más, encontraría la forma de hacer funcionar las cosas. No sabía como hacer que las cosas pasaran, pero imaginaba que suficiente presión haría que sucedieran. La presión ya me había aplastado una vez, pero yo no creía que eso era lo que había pasado. Aunque me agrada que creía mucho en mi potencial, mi arrogancia era tan grande que no podía ver el hecho de que necesitaba ir más despacio.

La pandemia llegó justo cuando mi cruzada empezaba. Eso fue muy frustrante, pero si eso no hubiera pasado creo que igual no habría obtenido mucho: en realidad no tenía un plan, y me había puesto metas demasiado ambiciosas. Es la típica situación de dar el primer paso y creer que todo se te va a ocurrir en el camino.

Con la pandemia, no tuve mucha más opción que tomarmelo con calma. No pasé por circunstancias dificiles, así que me limité a estudiar y mantenerme cuerdo. Intenté hacer algo de ejercicio, pero eso no funcionó. Sin embargo, pude estudiar mucho. Empecé a obtener buenas notas, y mi rendimiento mejoró. Hay que mencionar que los métodos de evaluación cambiaron, y eso me ayudó: los profesores empezaron a usar métodos de evaluación adaptados a las circunstancias, lo cual me favoreció. Luego en septiembre de 2020 los gimnasios abrieron, y pude empezar a usar la suscripción que había adquirido una semana antes de que cerraran por la pandemia. Empecé a ir. Era un gimnasio comercial y no iba mucha gente, así que tuve la oportunidad de experimentar mucho.

Al principio, iba al gimnasio 3 días a la semana y hacía una rutina de un influencer muy conocido llamado Héroe Fitness, que, como dato curioso, falleció hace poco más de un año. Según él, era un programa como Starting Strength, pero con la adición de otros ejercicios que acercaban la rutina más al culturismo.

Aquí hay un montón de términos. Comencemos por aclarar que todas estas cosas ocurren en el contexto del entrenamiento con pesas. El entrenamiento con pesas es toda forma de ejercicio que usa cargas externas con algún objetivo claro.

Ahora, Starting Strength es un programa de entrenamiento con pesas, más especificamente con barras, de esas a las que les pones discos pesados a los lados. Está diseñado para maximizar la obtención de fuerza, al mismo tiempo que se minimiza la cantidad de trabajo hecho. Es un programa "perezoso", en el sentido de que trata de minimizar la cantidad de actividad que haces, pero al mismo tiempo es un programa considerado con personas que no tienen la disposición o la capacidad para moverse demasiado.

Una haltera o barra.

Por otro lado, el culturismo es un deporte (?) en el que la idea es verse muy musculoso y esbelto, llevando unos ideales de belleza masculina a sus últimas consecuencias. En realidad nunca me ha convencido la idea de que el culturismo es un deporte. Para mí, es mucho más parecido a una competencia de belleza.

Así, la rutina que hacía estaba diseñada para ganar fuerza, con algunas adiciones que propiciaban la ganancia de músculo. Poco más. Era divertida. El programa dictaba que en los ejercicios de fuerza, debía levantar más peso que la sesión anterior. Al principio era fácil, pero después empecé a sentir algo de ansiedad antes de los entrenamientos, que de alguna forma se iba después de hacerlos. Esa dinámica me empezó a gustar: me gustaba la sensación de desafío, de que había un peligro por superar. Claramente este era un ambiente controlado y no me iba a pasar nada, pero las sensaciones eran muy reales. Cada dos días me ponía debajo de un peso que nunca había levantado antes, y de alguna forma tenía que levantarlo. Por un par de meses, siempre pude hacerlo. Después, a finales de 2020, ya no pude más.

Esto estaba previsto: el programa está diseñado para usarse por unos pocos meses y crear una "base" con la que se pueda a entrenar de forma más específica para algún propósito, como practicar un deporte seriamente. Sin embargo, yo no tenía un deporte para practicar, y me sentía cómodo en el gimnasio. Esto es importante, porque nunca me había sentido cómodo haciendo actividad física en ningún lugar. Estaba apegado al gimnasio porque era un lugar seguro, y uno muy especial.

Entonces, ya siendo el final de 2020, decidí que iba a seguir yendo al gimnasio. Estaba pesando mucho, y sabía que tenía que quitarme algo de peso de encima. Comencé a comer menos, mientras seguía yendo al gimnasio. Esto terminó resultando mucho mejor que la primera vez que bajé de peso, porque ya no me sentía tan flacido. Aunque el progreso era lento y a veces no perceptible, estaba convencido de que las cosas podían mejorar más. Nunca había sentido eso, y creo que nunca me había desafiado a mí mismo de esa forma. Me di cuenta de que esta experiencia ansiosa con las pesas me había enseñado a empujar ante la incertidumbre, y eso me empoderó muchísimo.

Para la mitad de 2021, mi apariencia era mejor y estaba acostumbrado a pasar mucho tiempo en mi casa. ¡Las cosas habían mejorado mucho!